me traslado
apuntes del natural estuvo bien mientras duró. es la hora de ostinato rigore.
apuntes del natural estuvo bien mientras duró. es la hora de ostinato rigore.
Cuando nació Confucio, un unicornio recorrió la comarca. Por la forma y el tamaño parecía un buey. La madre del Maestro ató en el cuerno del animal una cinta. Setenta y siete años después el unicornio reapareció y lo mataron; la cinta estaba rota. Confucio dijo:
-El unicornio ha vuelto; han pasado los años; el día de mi muerte está próximo.
de El imperio chino, de e.r. huc
No es que le faltaran las palabras a Ferrater, las palabras le sobraban en ocho, nueve o diez idiomas, sino que, por el contrario, cargaba con un excedente descomunal de palabras que originaba atascos fónicos y mentales. En el pensamiento se le abría un agujero, un vacío, muchos vacíos, pero no, no era exactamente eso: era una multitud de palabras, todas las palabras leídas, oídas, repetidas, pensadas, ramificadas, multiplicadas. Unas palabras sobre otras tachaban todas las palabras: las palabras sobre las palabras terminaban siendo un borrón, un hueco negro, como si un escritor escribiera y escribiera y llenara una página que había sido blanca, y corrigiera y tachara y corrigiera y añadiera más palabras y más tachaduras y más palabras, hasta que la página está completamente negra, que es como decir completamente en blanco.
de F, de justo navarro
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F, sistematica-casi-obsesiva recomendación de clyris, narra omniscentemente y con un estilo coloquial cercano al cuento de taberna (como quien relata la anécdoda de la mañana a sus amigos), la vida y muerte del poeta gabriel ferrater (todo comienza con la madre de todas las promesas polémicas: aquella que le hizo ferrater a salinas cuando, en cierto bar y con 35 años, le aseguró que no cumpliría 50 - su suicidio in extremis confirmó el juramento).
ahora se encuentra apuntes del natural a tres días de cumplir su primer año de vida y tiene ganas de suicidarse. quien dijo que una mentira repetida mil veces no hace una verdad se equivocó: tantas veces pensé en cerrar el blog al llegar a su año de historia que no hacerlo ahora me resultaría una traición, una falsedad.
en realidad no voy a hacerlo, al menos hasta que no consiga otro modo de volcar lo que hasta ahora ha recibido este blog. necesito un cambio y ese texto de justo navarro me ha dado la metáfora precisa: esta hoja que fue blanca ha sido tachada ya demasiadas veces.
un nuevo blog con nuevo título y nuevas intenciones; otro formato con otros colores: no pido mucho, eso sería suficiente para aguantar, como mínimo, un año más.
me compré esta tarde el segundo y enorme volumen de las obras completas de franz kafka. en él se recopilan los fragmentos póstumos y los diarios. estos diarios, verdaderos, de esos que no se leen (que no se traicionan) hasta la muerte del autor, conversaciones con uno mismo donde ni el estilo ni la discreción te hacen callar una palabra, dejan al descubierto lo que sospechaba: a solas con tu alma todos somos iguales. hojeando el pesado tomo mi vista se detiene en las anotaciones del 18 de marzo de 1912. leo:
yo era sabio, si se quiere, porque en todo momento estaba dispuesto a morir, pero no porque hubiese llevado a cabo todo lo que me había impuesto hacer, sino porque no había hecho nunca nada de eso ni sería capaz de hacerlo nunca.
esta frase, pienso, podría firmarla cioran, salomón o yo mismo. y un rato más tarde añado: o cualquiera en un determinado momento de su vida. las diferencias son siempre sutiles y exteriores, la esencia de todos nosotros es penosamente similar. no me extraña que "personalidad" provenga de una palabra latina que significa "máscara"...
abro la mochila e introduzco el libro. dentro descubro una absurda y olvidada caja de condones. qué ridículo aprendiz de sufridor soy!
mientras leo El desierto de los tártaros, de dino buzzati, voy recopilando textos profundos y bellos, perfectos para este blog. los iré colgando poco a poco.
es una novela realmente buena, la recomiendo con fervor.
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El más cercano, en una terraza interior, a unos diez metros, menos presuroso que los otros, estaba inmóvil, con la espalda apoyada en un muro; se habría dicho que dormía. Pero Drogo lo oyó canturrear una cantinela con voz profunda.
Era una sucesión de palabras (que Drogo no lograba distinguir) unidas entre sí por un aire monótono y sin fin. Hablar, y aún peor cantar, de servicio estaba severamente prohibido. Giovanni habría debido castigarlo, pero le dio pena, pensando en el frío y la soledad de aquella noche. Entonces empezó a bajar una breve escalera que llevaba a la terraza y tosió levemente, para advertir al soldado.
El centinela volvió la cabeza, y cuando vio al oficial rectificó su posición, pero no interrumpió la cantinela. A Drogo le asaltó la cólera: ¿aquellos soldados se creían que podían tomarle el pelo? Ya le daría un buen escarmiento.
El centinela notó de inmediato la actitud amenazadora de Drogo, y aunque la formalidad del santo y seña, por mutuo y viejísimo acuerdo, no se practicara entre los soldados y el jefe de la guardia, tuvo un exceso de escrúpulo. Embrazando el fusil, preguntó, con el especialísimo acento usado en la Fortaleza:
-¿Quién va? ¿Quién va?
Drogo se paró de golpe, desorientado. Quizá a menos de cinco metros de distancia, a la límpida luz de la luna, veía perfectamente la cara del militar y su boca estaba cerrada. Pero la cantinela no se había interrumpido. ¿De dónde venía entonces la voz?
Pensando en aquella cosa extraña, ya que el soldado seguía a la espera, Giovanni dijo mecánicamente la contraseña: «Milagro». «Miseria», respondió el centinela, y dejó el arma a sus pies.
Se produjo un inmenso silencio, en el cual navegaba más fuerte que antes el murmullo de palabras y canto.
Por fin Drogo comprendió, y un lento escalofrío corrió por su espalda. Era el agua, era una lejana cascada que corría con estruendo por los salientes de las rocas vecinas. El viento, que hacía oscilar el larguísimo chorro, el misterioso juego de los ecos, el sonido distinto de las piedras golpeadas, formaban una voz humana, la cual hablaba y hablaba: palabras de nuestra vida, que se estaba siempre a un pelo de entender, pero, en cambio, nada.
No era, pues, el soldado el que canturreaba, no un hombre sensible al frío, a los castigos y al amor, sino la montaña hostil. Qué triste equivocación, pensó Drogo, quizá todo es así, creemos que a nuestro alrededor hay criaturas semejantes a nosotros y en cambio no hay sino hielo, piedras que hablan una lengua extranjera; estamos a punto de saludar a un amigo, pero el brazo vuelve a caer inerte, la sonrisa se apaga, porque advertimos que estamos completamente solos.
El viento bate contra la espléndida capa del oficial y la sombra azul sobre la nieve se agita como una bandera. El centinela está inmóvil. La luna camina y camina, lenta, pero sin perder un solo instante, impaciente del alba. Toc, toc, late el corazón en el pecho de Giovanni Drogo.
de El desierto de los tártaros, de dino buzzati
este dispositivo de preseñalización de peligro (una triángulo naranja) ¿indica que el vehiculo ha quedado inmovilizado en la calzada o que su cargamento se encuentra caído sobre la misma?
a. Sí
b. No
fenomenal ese submundo de horribles giros lingüísticos y matices enfermizos. sí, llevo un par de semanas sacándome el carnet de conducir. y sí, lo odio (ahora entiendo, retroactivamente, porque no quise intentarlo hasta ahora).
nota: la pregunta es real, claro. la respuesta es sí.
del indiscutible maestro milo manara no es. no se leen bien los diálogos, pero os podeis hacer una idea de lo que dicen. en la última viñeta el hombre, feliz, afirma: wow! he sido violado!
nota: editado el 6 de noviembre (18:37). en negrita lo nuevo.
este fin de semana, raúl cumplió 10 años como jugador del real madrid. la afición y el club celebraron el aniversario con pasión. los compañeros saltaron al campo con la camiseta número siete. el mundo del fútbol en general le rinde homenaje.
dentro de mi pequeño mundo, sin embargo, el aniversario de raúl ya no tiene demasiado sentido, es una obra de teatro representada ante nadie. esta tarde, viendo las imágenes, he echado en falta algún comentario aprobatorio desde mi izquierda. mi padre, raulista impenitente, desquiciado fan, no estaba allí.
y he sentido que esas imágenes, que ese homenaje, llegaban tarde. el mundo que te rodea sólo cobra importancia de manera subjetiva, los sucesos y noticias sólo importan cuando importan. ¿qué hace raúl en la tele? ¿a qué viene ese homenaje? quien debía verlo se lo ha perdido y a los demás no nos interesa. es más, nos produce nostalgia y melancolía.
bien haría raúl en dejar de aparecer en televisión, su presencia ya no es necesaria.
las fechas pueden resultar importantes para quien quiera ver posibles influencias, re-elaboraciones etc. À rebours (dejo el título original debido a las multiples traducciones que de él se han hecho) fue publicada en 1884, La espuma de los días en 1946. parece que incluso hay un estudio sobre la influencia del "piano de boca" en la literatura francesa posterior, y no me extraña (cada capítulo de la genial novela de huysmans es un tema diferente preparado para ser glosado).
me pregunto porque no lo inventan de una vez...
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Se dirigió al comedor, en donde, empotrado en una de las paredes, había un armario que guardaba una serie de toneletes, colocados en fila, sobre minúsculos soportes de madera de sándalo, y perforados en su parte baja por unos grifos de plata.
A esta colección de barriles, la llamaba Des Esseintes su «órgano de boca». Una varilla conectaba todas las espitas de forma que pudieran funcionar a la vez con un solo movimiento. De esta manera, una vez que el dispositivo estaba colocado, bastaba con apoyar sobre un botón disimulado entre la madera de la pared, para que todas las canillas, abiertas al mismo tiempo, llenaran de licor los minúsculos cubiletes, situados bajo cada una de ellas.
El órgano se encontraba así dispuesto para funcionar. Los registros rotulados «Flauta», «Trompa», «Voz celeste», estaban sacados y listos para la demostración.
Des Esseintes iba bebiendo una gota de aquí, otra de allá; interpretaba de este modo sinfonías interiores, que le llegaban a producir, en la garganta y en el paladar, unas sensaciones análogas a las que la música produce en el oído.
Pues, según él, el sabor de cada licor se correspondía con el sonido de un instrumento preciso. El curasao seco, por ejemplo, contenía en su sabor el sonido del clarinete, cuyo tono es agridulce y aterciopelado; el kummel correspondía al oboe, cuyo timbre sonoro tiene una resonancia nasal; la menta y el anís, a la flauta, que es a la vez azucarada y picante, chillona y suave; el kirsch suena con la furia de la trompeta; la ginebra y el whisky arrasan el paladar con el sonido estridente del trombón y del cornetín; el aguardiente de orujo fulmina con el estrépito ensordecedor de la tuba; mientras que el raki de Chio y la almáciga retumban como el platillo y el bombo sacudidos a todo brazo, en la piel de la boca.
Pensaba también que esta asimilación podía llevarse más lejos, y que era posible formar cuartetos de instrumentos de cuerda bajo la bóveda del paladar: representando el violín por el viejo aguardiente, humoso y delicado, agudo y grácil; simulando la viola por el ron, que es más vigoroso y más zumbón; el vespetro desgarrador y prolongado, melancólico y tierno, actúa como violonchelo; el contrabajo, fuerte, sólido y oscuro, corresponde a un puro y añejo bitter. Se podía incluso llegar a formar un quinteto añadiendo un quinto instrumento, el arpa, que presentaba una clara analogía con el sabor vibrante, y la nota argentina, destacada y aguda del licor seco de comino.
Las similitudes iban todavía más allá; dentro de la música de los licores existían relaciones de tonalidad; por no citar más que un ejemplo, el benedictine representa, por así decirlo, el tono menor de ese tono mayor designado en las partituras comerciales con el nombre de «Chartreuse» verde.
Una vez asentados estos principios, Des Esseintes, merced a una serie de eruditas experiencias, había conseguido interpretar sobre su lengua silenciosas melodías, mudas marchas fúnebres de gran espectáculo, y escuchar en el interior de su boca solos de menta, dúos de vespetro y de ron.
Llegaba incluso a transponer auténticos fragmentos de obras musicales en su paladar, siguiendo paso a paso al compositor, captando su pensamiento, sus matices y efectos, por medio de la unión o del contraste entre licores semejantes, practicando con especial virtuosismo estudiadas y elaboradas mezclas.
En otras ocasiones él mismo componía sus propias melodías, ejecutando deliciosas pastorales con el suave licor del casis que le reproducía en la garganta los bellos trinos del canto del ruiseñor; o con el tierno licor de cacao que le hacía tararear almibaradas y bucólicas canciones tradicionales como «las Romanzas de Estelle» o el «Ah! vous di-rai-je maman».
Pero esa noche, Des Esseintes no se encontraba con ganas para escuchar el sabor de la música. Se limitó a arrancar una nota del teclado de su órgano llevándose un pequeño cubilete que había llenado de auténtico whisky irlandés.
de À rebours, de joris-karl huysmans
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-¿Quieres un aperitivo? -preguntó Colin-. Ya he terminado mi pianóctel, podrías probarlo.
-¿Qué tal funciona? -preguntó Chick.
-A la perfección. Me ha costado ponerlo a punto, pero el resultado ha superado todas mis esperanzas. A partir de Black and Tan Fantasy he conseguido una mezcla verdaderamente prodigiosa.
-¿En qué principio te basas? -preguntó Chick.
-A cada nota -dijo Colin- hago corresponder un alcohol, un licor o bien un aroma. El pedal corresponde al huevo batido y la sordina al hielo. Para el agua de Seltz hace falta un trino en el registro agudo. Las cantidades están en proporción directa a la duración: a la semifusa equivale un dieciseisavo de unidad, a la negra la unidad, y a la redonda cuatro unidades. Cuando se toca una canción lenta, se activa un sistema de registro para que no aumenten las medidas -lo que daría un cóctel demasiado abundante-, aunque sí el conténido de alcohol. Y además se puede, si se quiere, según la duración de la canción, hacer variar el valor de la unidad, reduciéndolo por ejemplo a una centésima parte, para obtener una bebida en la que se tengan en cuenta todas las armonías mediante una regulación lateral.
-Es bastante complicado, ¿eh? -dijo Chick.
-El conjunto funciona a base de contactos eléctricos y relés. No te doy detalles, tú entiendes de eso. Y además el piano funciona de verdad.
-¡Fantástico! -dijo Chick.
-Sólo hay algo fastidioso -añadió Colin-, y es el pedal para el huevo batido. He tenido que poner un sistema especial de enganche, porque cuando se toca un ritmo demasiado caliente, caen trozos de tortilla en el cóctel y resulta difícil de tragar. Lo arreglaré, pero de momento basta con tener cuidado. Y el sol grave da crema fresca.
-Me voy a hacer un cóctel a base de Loveless Love -dijo Chick-. Va a ser algo tremendo.
-Está todavía en el cuarto trastero, donde me he hecho un taller -dijo Colin-, porque no he tenido tiempo de atornillar las placas de protección. Ven. Vamos a ver. Voy a ajustado para dos cócteles de veinte centilitros aproximadamente para empezar.
Chick se sentó al piano. Cuando terminó la pieza, una parte del panel delantero se abatió con un golpe seco y apareció una fila de vasos. Dos de ellos estaban llenos hasta el borde de una apetitosa mezcolanza.
-Tengo un cierto temor -dijo Colin-. Ha habido un momento en que has dado una nota falsa. Por suerte, estaba en la armonía.
-¿Pero este cacharro tiene en cuenta la armonía? -dijo Chick.
-No del todo -dijo Colin-. Sería demasiado complicado. Tiene unas pocas limitaciones. Anda, bebe, y vamos a la mesa.
de La espuma de los días, de boris vian
en mis noches de insomnio, numerosas, he recordado más de una vez la famosa aria de Turandot. en la opera, turandot, la inmisericorde princesa, convierte pekín en una ciudad de insomnes, de buscadores de respuestas. si no descubren antes del alba el nombre del misterioso extranjero, éste podrá casarse con la princesa. la orden parece clara: que nadie duerma. el extranjero, calaf, seguro de sí mismo, entona el canto de la victoria: all'alba vincerò...
yo no necesito edictos para no dormir, lo mío es un acuerdo tácito...
DIÁLOGO SOBRE UN DIÁLOGO
A. Distraídos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre. Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja... Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.
Z (burlón). Pero sospecho que al final no se resolvieron.
A (ya en plena mística). Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.
de El hacedor, de jorge luis borges
entre la necesidad y el tormento, más cerca de la deuda que de la narración espontanea, aquí va un esbozo entre docenas de la crónica de mi viaje a bcn de hace unas semanas. dudé si escribir algo, casi me di por vencido. ya no tengo ganas de contar nada, cuánto mejor dejarlo pasar y seguir con los fragmentos, con las canciones y demás plagios. pero la naturaleza de este invento, apuntes del natural, me pide al menos una mínima información, la necesaria para seguir adelante con coherencia. si alguien dudó alguna vez de la presión que recibe un blogger, por banal que sea su labor, que abandone la duda: la presión existe. yo la siento.
el relato que nunca pude terminar, la crónica fallida, se articulaba sobre tres vértices: clyris, la singular cumbre bloguera y el robo.
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un jueves por la mañana recibí una desagradable noticia: un hombre, sin duda guiado por un radical malentendido, creyó que todas mis posesiones eran suyas. más allá de la debacle económica, la fragilidad brutal y la cólera demoníaca que me poseyó (sólo durante unos minutos), la anécdota que marcó el resto del viaje me supuso el terrible malestar de la incomunicación y la falta de identidad -ay, mi amada cámara de fotos... no quiero hablar mucho sobre ese tema, ya casi lo había olvidado.
en un relato de este viaje el personaje de clyris (en este blog la llamaremos así) sería omnipresente. pasé toda la semana con ella y asistió, con su habitual sonrisa de asombro eterno, a todos mis pasos en falso, mi acostumbrado tour de force por el mundo que me rodea. si esto fuera un post narrativo (no lo es) ella ocuparía parrafos completos. en estos fragmentos de necesidad, sin embargo, no ha de aparecer más que de puntillas -no tengo prosa suficiente para reflejar su imagen.
la cumbre bloguera... entre duquena (mítico -sic- forero al que conozco virtualmente desde hace años y que por fin se hizo real) y chaland (lector silencioso de AdN, creador del quadernet y uno de los gurús de la blogosfera catalana - jejeje) lograron la complicada labor de levantar mi devastado estado de ánimo (unas horas antes había sido jueves por la mañana). se apoyaron para ello en la comida picante y el alcohol. duquena tuvo la oportunidad, además, de volver a verme casi normal un par de días después.
hasta aquí la explicación de la no existencia de esa verdadera crónica que nunca debí prometer. mi anfitrión en bcn, E, ni aparece: lo lamento, pero él no lee apuntes del natural.
finalmente no fue una despedida real y la V volvió a córdoba. se pasará está semana en mi casa asistiendo a un curso por la tarde. por las mañanas le he prometido clases intensivas de italiano, por lo que seguiré informando.
el hexagrama es I, las comisuras de la boca (la nutrición). al leerlo me resultó del todo impactante la referencia a la nutritivo, que yo mismo había hecho un par de días antes en la introducción de la crónica. recuerdo cuando lo escribí que pensé lo poco parapesca que era esa palabra, pero quise mentenerla. no sería la única sorpresa en esta consulta al i ching. el dictamen es el siguiente:
Las comisuras de la boca. perseverancia trae ventura. presta atención a la nutrición, y a aquello con que trata de llenar su boca uno mismo.
nutrición espiritual? puede interpretarse así y sería correcto. es la idea sobre la que gira mi introducción, insisto. no está mal.
pero aún hay más. la segunda y tercera linea son mutantes, y tienen su propia interpretación suplementaria. veamos:
seis en el segundo puesto significa: dirigirse hacia la cumbre en busca de alimento. apartarse del camino para buscar alimento de la colina: continuar así traerá desventura.
el i ching parece aprobar el viaje. apartarse del camino para buscar lo nutritivo, lo que te hace crecer. no obstante, no hay que exagerar: continuar así trae desventura. bastante razonable, creo.
seis en el tercer puesto significa: desviarse de la nutrición. la perseverancia trae desventura. durante diez años no obres de ese modo. nada es propicio.
me cuesta más comprender que quiere decir aquí el i ching. la interpretación de richard wilhem, autor de la edición que manejo, resulta reveladora:
quien busca el alimento que no alimenta, irá tambaleándose del deseo al goce, y en el goce se desvivirá por el deseo.(interesante cuestión: a veces resulta más satisfactorio el deseo de algo que el tener ese algo. hay qe huir de esa incoherencia. en este viaje lo conseguí, creo). una apasionada embriaguez destinada a satisfacer los sentidos no conduce jamás a la meta. jamás (diez años constituye un periodo cabal) se debe obrar así. nada bueno saldrá de ello.
hasta aquí el hexagrama original I. pero ya avisé que las lineas mutantes (la segunda y tercera empezando desde abajo) se convierten en su opuesta y crean un nuevo hexagrama del que se extrae la predicción. el hexagrama resultante es Ta ch'u, la fuerza domesticadora de lo grande (ver dibujo). y su dictamen, mi predicción, es esta:
La fuerza domesticadora de lo grande. es propicia la perseverancia. trae ventura no comer en casa. es propicio atravesar las grandes aguas.
trae ventura no comer en casa... atravesar las grandes aguas... no creo que sea demasiado temerario ni extraño interpretar que el i ching me invita a seguir viajando, a seguir buscando lo nutritivo. el i ching no hace más que recordarme lo que ya sé: que cada regreso no es más que el punto de partida de una nueva cuenta atrás... una cuenta atrás para el siguiente viaje.
debería reseñar este fin de semana agotador junto a la V. se marcha a ancona a finales de mes y vino estos días a córdoba para despedirse. lo hicimos, la despedida, de la manera menos original que se nos ocurrió: bebiendo como esponjas. no hay mucho que contar, o quizás sí, pero en todo caso son historias similares a las que casi todos han vivido alguna vez: discusiones intempestivas y ridículas, caídas, carreras, mala educación y demás.
entre los extras que consiguieron hacer inolvidable estos días están la absenta, las americanas impasibles, la obsesión y amor de V por una marioneta de cuerda (GELENA), la 4ª semana de cine joven de córdoba (tercer puesto! bravo!), el cous-cous, las chaquetas, los fresones rebeldes, el ron zacapa centenario y, por supuesto, la inspiración y saber hacer (odiosa expresión) del viejo, la V y yo en versión "hoy quiero morirme".
entre otras cosas, me traje de barcelona una edición completa y abrumadora del I ching, regalo de clyris.
el I ching, o libro de las mutaciones, es el resultado de siglos (incluso milenios) de progresiva acumulación de sabiduría china. es complicado explicar en qué consiste este libro. se ha dividido tradicionalmente en el llamado libro sapiencial (recopilación de aforismos de una complejidad enorme) y en el libro adivinatorio (esos aforismos aplicados mediante una suerte de ritual mágico se convierten en oráculos, o consejos, o simples apoyos para la reflexión).
a ver si nos entendemos. lo que me interesa aquí es experimentar con el I ching. para ello seguiré el método que explica pormenorizadamente jung en su prólogo al libro. el lanzamiento de las monedas para hallar el hexagrama (ver foto), la busqueda del dictamen correspondiente a ese hexagrama y los aforismos suplementarios a cada linea mutante. finalmente, al mutar el hexagrama en otro, el consejo que el I ching me da.
para empezar planteo una pregunta, en este caso relacionada con mis últimas experiencias y con el libro en cuestión: ¿qué tal me fue en el viaje a barcelona? como se ve el libro no es aramis fuster. se le puede preguntar sobre cualquier cosa, ya sea del pasado, presente o futuro. me interesa conocer "su opinión" sobre lo sucedido en el viaje. a ver que tal.
lanzo las tres monedas seis veces, y voy formando, linea a linea, el simbolo que veis (el hexagrama). dos de las lineas, la segunda y la tercera, conllevan una información suplementaria, pues son mutantes. cada una de ellas tiene su propia sentencia, que también leeré, y además permiten que el hexagrama mute en otro diferente, con su propio dictamen, que me servirá de predicción.
en la búsqueda de lo nutritivo, de lo importante, el camino a elegir no es tan esencial como la predisposición que se tome, la actitud. ya sea a través de la noche y el alcohol, como los falsos vitalistas, o de la letra, como los sabios amaestrados, reducirse a un único camino, obviar los otros por motivos de creencias o prestigios, significa simplemente eso: reducir sin más.
la realidad es que en cualquier momento, en el más inesperado con la persona menos proclive, en el tiempo más insensato, o en un libro olvidado por los maestros, o en un poema escrito por un "necio", se puede encontrar resquicios de verdad (no hago más que glosar algo de lo que ya hemos hablado, no es cierto? las introducciones son así ;).
el viaje, como momento incierto por excelencia, per se complicado, es por lo general un buen caldo de cultivo para el hallazgo de esos momentos de verdad (aunque por todos es sabido que se puede cruzar un pais son conseguir más que cansancio y hambre, todos lo hicimos en alguna ocasión; no hay camino sin error). si un viaje debe valorarse según el número o nivel de estos momentos de realidad, de crecimiento, no dudo entonces de la importancia que, dentro de sus límites temporales, han tenido estos días en barcelona. y a eso ni las debacles económicas más chocantes, ni los trayectos en tren más infames pueden hacerle sombra. es más, la experiencia vital sepulta las catástrofes hasta hacerlas anécdotas, datos, cifras...
dentro de dos horas sale mi tren a barcelona. manganelli me da una clave, aunque sabemos que no es la única:
me gusta detenerme al inicio de una encrucijada y, ya se sabe, un laberinto está formado en primer lugar de encrucijadas; me gusta libar la deliciosa incertidumbre del error, puesto que, si es cierto que uno de los caminos representa el error, no es cierto que el otro esté exento de errores.
La ciénaga definitiva, de giorgio manganelli
werner herzog recuerda anécdotas de klaus kinski:
(durante el rodaje de Fitzcarraldo) ...o cuando se estrelló un avión que traía a 6 personas... por suerte sobrevivieron aunque algunos resultaron gravemente heridas.
la radio trasmitía noticias incomprensibles. kinski advirtió que ya no llamaba la atención. se puso a despotricar porque su café estaba tibio esa mañana. estuvo gritándome horas... a esta distancia (un palmo). era increible, y no sabía como calmarle. finalmente tuve una idea.
entré en mi cabaña donde había guardado un trozo de chocolate durante meses, nos hubieramos matado por él. me acerqué a él y me puse a comermelo delante de sus narices. se calló, aquello era superior a él.
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al final del rodaje los indígenas se ofrecieron para matar a kinski por mí. me preguntaron: "¿lo matamos?" les contesté: "no, por dios, lo necesito para el rodaje, dejádmelo, dejádmelo". rehusé la oferta, pero hablaban muy en serio. lo hubieran matado si yo hubiese querido.
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hubo un accidente en el río nanay, al final del rodaje de Aguirre. (kinski) no se sabía muy bien el texto, para variar, y en esos momentos buscaba una victima. enfurecido, insultó, de pronto, al asistente del cámara acusándole de haberse reído y me exigió que le despidiera. le dije que no pensaba despedirle y que todo el equipo se iría en muestra de solidaridad. recogió sus cosas decidido a irse y abandonar el lugar del rodaje en una lancha rápida. yo sabía que había incumplido decenas de contratos. acababa de cancelar una gira, antes había roto compromisos de actuación. sabía que se iría. me acerqué a él en calma. iba desarmado (luego intentó tergiversar la historia para quedar mejor). me acerqué a él y le dije: "no puede irse, la película es más importante que nuestros sentimientos y más que nosotros mismos, así que no se lo consiento, no puede irse". él me contestó que se iba. yo le dije que tenía un rifle a mano y que como mucho llegaría al siguiente recodo del río con ocho balas en la cabeza, y que la novena sería para mí. se dio cuenta de que aquello no iba en broma. comenzó a pedir a gritos que viniera la policía (la comisaría más cercana se hallaba a unos 450 kilómetros). en la prensa se publicó luego que lo dirigí apuntándole con un rifle tras la cámara. por supuesto no es cierto, pero los últimos días de rodaje estuvo muy disciplinado.
de Mi enemigo íntimo, de werner herzog
foto. kinski con los monos en el final de Aguirre.
entre los recuerdos de werner herzog figuran con fuerza y precisión aquellos referidos a su infancia en una pensión en munich. en su memoria aparece vivamente la presencia inquietante y colérica de un joven actor con el que, años después, su destino se cruzaría de manera definitiva y brutal. por aquel entonces herzog tenía 13 años y ese joven y enloquecido actor con el que compartía techo en aquella modesta pensión muniquesa era klaus kinski.
15 años después, herzog llamará a kinski para que protagonice Aguirre, la cólera de dios. será entonces cuando su relación se haga más fuerte e intensa, cuando la ira de kinski y la serena locura de herzog se mezclen por primera vez. las posteriores colaboraciones entre ambos (Nosferatu, Woyzeck, Fitzcarraldo y Cobra verde) y una turbulenta amistad que trascendió a los medios en forma de leyenda son el sustrato donde se asienta Mi enemigo íntimo, de werner herzog.
en Mi enemigo íntimo herzog en primera persona va desgranando las anécdotas de los rodajes con kinski y la peculiar relación de ambos. al margen de los valiosos comentarios de aquellos que conocieron a kinski y de las historias de sus legendarios ataques de ira (que el propio herzog se encarga de enfatizar, dándole a kinski una imagen casi demoníaca -imagen que posiblemente no se aleje del todo de la realidad), la película funciona muy bien como ensayo sobre el arte cinematográfico. las escenas grabadas durante los rodajes, que dejan al descubierto el increible fuera de campo de las películas de herzog, son de por sí impagables.
posiblemente hable más en los proximos días de herzog y kinski, pues en cierto canal por cable emiten este mes un ciclo bastante completo.
foto: kinski y herzog "discuten" durante el rodaje de Cobra verde.