el salto
entre la necesidad y el tormento, más cerca de la deuda que de la narración espontanea, aquí va un esbozo entre docenas de la crónica de mi viaje a bcn de hace unas semanas. dudé si escribir algo, casi me di por vencido. ya no tengo ganas de contar nada, cuánto mejor dejarlo pasar y seguir con los fragmentos, con las canciones y demás plagios. pero la naturaleza de este invento, apuntes del natural, me pide al menos una mínima información, la necesaria para seguir adelante con coherencia. si alguien dudó alguna vez de la presión que recibe un blogger, por banal que sea su labor, que abandone la duda: la presión existe. yo la siento.
el relato que nunca pude terminar, la crónica fallida, se articulaba sobre tres vértices: clyris, la singular cumbre bloguera y el robo.
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un jueves por la mañana recibí una desagradable noticia: un hombre, sin duda guiado por un radical malentendido, creyó que todas mis posesiones eran suyas. más allá de la debacle económica, la fragilidad brutal y la cólera demoníaca que me poseyó (sólo durante unos minutos), la anécdota que marcó el resto del viaje me supuso el terrible malestar de la incomunicación y la falta de identidad -ay, mi amada cámara de fotos... no quiero hablar mucho sobre ese tema, ya casi lo había olvidado.
en un relato de este viaje el personaje de clyris (en este blog la llamaremos así) sería omnipresente. pasé toda la semana con ella y asistió, con su habitual sonrisa de asombro eterno, a todos mis pasos en falso, mi acostumbrado tour de force por el mundo que me rodea. si esto fuera un post narrativo (no lo es) ella ocuparía parrafos completos. en estos fragmentos de necesidad, sin embargo, no ha de aparecer más que de puntillas -no tengo prosa suficiente para reflejar su imagen.
la cumbre bloguera... entre duquena (mítico -sic- forero al que conozco virtualmente desde hace años y que por fin se hizo real) y chaland (lector silencioso de AdN, creador del quadernet y uno de los gurús de la blogosfera catalana - jejeje) lograron la complicada labor de levantar mi devastado estado de ánimo (unas horas antes había sido jueves por la mañana). se apoyaron para ello en la comida picante y el alcohol. duquena tuvo la oportunidad, además, de volver a verme casi normal un par de días después.
hasta aquí la explicación de la no existencia de esa verdadera crónica que nunca debí prometer. mi anfitrión en bcn, E, ni aparece: lo lamento, pero él no lee apuntes del natural.
el relato que nunca pude terminar, la crónica fallida, se articulaba sobre tres vértices: clyris, la singular cumbre bloguera y el robo.
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un jueves por la mañana recibí una desagradable noticia: un hombre, sin duda guiado por un radical malentendido, creyó que todas mis posesiones eran suyas. más allá de la debacle económica, la fragilidad brutal y la cólera demoníaca que me poseyó (sólo durante unos minutos), la anécdota que marcó el resto del viaje me supuso el terrible malestar de la incomunicación y la falta de identidad -ay, mi amada cámara de fotos... no quiero hablar mucho sobre ese tema, ya casi lo había olvidado.
en un relato de este viaje el personaje de clyris (en este blog la llamaremos así) sería omnipresente. pasé toda la semana con ella y asistió, con su habitual sonrisa de asombro eterno, a todos mis pasos en falso, mi acostumbrado tour de force por el mundo que me rodea. si esto fuera un post narrativo (no lo es) ella ocuparía parrafos completos. en estos fragmentos de necesidad, sin embargo, no ha de aparecer más que de puntillas -no tengo prosa suficiente para reflejar su imagen.
la cumbre bloguera... entre duquena (mítico -sic- forero al que conozco virtualmente desde hace años y que por fin se hizo real) y chaland (lector silencioso de AdN, creador del quadernet y uno de los gurús de la blogosfera catalana - jejeje) lograron la complicada labor de levantar mi devastado estado de ánimo (unas horas antes había sido jueves por la mañana). se apoyaron para ello en la comida picante y el alcohol. duquena tuvo la oportunidad, además, de volver a verme casi normal un par de días después.
hasta aquí la explicación de la no existencia de esa verdadera crónica que nunca debí prometer. mi anfitrión en bcn, E, ni aparece: lo lamento, pero él no lee apuntes del natural.
6 comentarios
Duquena -
En efecto, parapo, la presión existe, hasta el punto de que yo no sé cómo lidiar la promesa de escribir algo sobre el encuentro. Déjame decirte que tu toreo ha sido elegante y virtuoso.
"el salto"... o como convertir la crónica de un encuentro en: la crónica de un encuentro más una reflexión sobre postear "por fuerza".
roberto -
tambien fui a una conferencia sobre bolaño, realizada por rodrigo fresan, en la bilbioteca de nou barris. en fin, pude ver el libro con dos semanas de anticipacion que en las librerias (2666) y Fresan hablo maravillas de êl. despues me preguntô, a dos cuadras de la biblioteca, donde quedaba la linea del metro y yo: ni puta idea. menos mal que estaba con compañia (yo), y femenina, lo que a fresan le gustô mucho. termine bebiendo cacaolat en un agradable lugar vacio mientras esperaba... (no recuerdo qué esperaba)
tambien hubo algo el jueves sobre pizarnik, pero a esa no fui, estaba secuestrado por alcoholes y ravales, creo.
saludos. la proxima lo busco.
parapo -
parapo -
a los monjes les envidio que para ellos la tonsura es una opción y no una imposición genética. por lo demás prefiero ser un parapo :D
Gru -
Eso sí, parece la crónica de un monje benedictino. Ni mujeres ni vicios (hasta lo del alcohol queda de lo más puro e inocente).
roberto -