Blogia
apuntes del natural

colaboraciones

alvite

alvite aquí cuelgan casi a diario artículos de josé luis alvite. son realmente buenos, y el de hoy he tenido que robarlo para el blog.

-----------------

Mujeres, José Luis Alvite

Una mujer deja de interesarte cuando te olvidas de intuir su desnudo y empiezas imaginar su autopsia. A menudo la belleza de una cita está en el viaje más que en la llegada. Nos fascina lo lejano, lo que parece innacesible.

La mujer más hermosa es siempre la de la mesa de al lado. El amor fracasa con el conocimiento. Lo obvio interesa menos que lo enigmático. Más emocionante que ver una mujer bajo la luz es suponerla en mitad de un apagón. Lo fascinante de mis viajes es haber perdido el tren. Hay que ser sutil. Una mujer me dijo: «Cariño, no necesitarás pegarme un tiro; bastará con que me devuelvas el correo». Hace muchos años, Ernie zanjó una historia de amor porque le pareció que habían llegado a lo explícito. Ella se llamaba Brenda Lambert y tenía una sonrisa sin acertar, indolente, sin domicilio, una sonrisa ciega como una pisada. Cuando intimaron durante algunos meses Ernie le dijo: «Nena, hemos acabado. Llevo días pensando sobre lo nuestro. Sabía que algo se había enfriado entre tú y yo. No se trata de aburrimiento fisiológico. Lo que echo de menos en ti no es tu piel sino tu ropa». Días más tarde, el jefe me amplió detalles: «El amor necesita emociones, sexo, líquidos, eso que hace que el cuerpo funcione como el extintor de un cine. Todo eso es cierto. Pero el amor necesita también un par de botones. ¿Sabes por qué desistí con Brenda? Porque un día descubrí que lo que me fascinaba de su desnudez no era su cuerpo sino su biombo».

Sobre las equívocas apariencias del amor hablé muchas madrugadas en el Savoy con Ernie Loquasto. Dice el jefe que las mujeres son seres muy complejos, con un mundo afectivo muy extraño. También dice que a las mujeres les gustan los tipos sensibles y resueltos, la clase de hombre muchacho, capaz de dispararte con sus equívocas manos de pianista.

el lastre de las abejas

el lastre de las abejas posteado originalmente en combray, copio aquí este fragmento de virgilio especialmente significativo para duquena:

(las abejas) no se aventuran lejos de su cobijo si amenaza lluvia ni se fían del cielo cuando llegan los vientos, sino que, protegidas junto a los muros de su ciudad, recogen agua y ensayan breves salidas por los alrededores, y muchas veces cargan piedrecitas, como las inestables barquitas cargan lastre cuando el oleaje las azota, y con ellas sostienen el equilibrio a través de las ligeras nubes.

Geórgicas, de virgilio

combray

combray en combray nuestro amigo duquena ha instalado su propio blog. acaba de publicar unos monográficos sobre edgar poe y josep pla totalmente recomendables, no hay que perdérselos ;)

buena respuesta

ante la problemática pregunta ¿Es posible distinguir entre el bien y el mal?, una de mis alumnas contestó:

Sí porque: se nota cuando alguien tiene maldad y otro que es buena persona..

Cuando alguien tiene maldad se nota por diferentes aspectos:

- en la forma de mirar.
- su ansiedad de tener lo que pida.
- y cuando quiere hacer lo que sea para conseguirlo.

Tempestades de acero

Tempestades de acero colgado el original en el quadernet, traigo aquí un poema de josep maria pinto, de su libro El llast de les abelles. le agradezco la traducción a duquena, aunque lo que debería (-amos) agradecerle es haber creado el poema, claro ;)

TEMPESTADES DE ACERO

Y en la paz enterramos la aflicción.
Se volverán a cultivar los terrones,
a edificarse los pueblos.
Veremos el rostro antiguo de quienes han escrito
los reglamentos con astillas de los huesos;
recordaremos que no hay más batalla
que la pena de tener que decidir
en qué cuarto dormirán nuestras hijas.

En la paz se tapizan las trincheras,
las paredes se disfrazan con glicinas.


imagen sacada de Maus, de art spiegelman.

el infierno en la mente

mi hermana ha llegado con nuevas historias de la planta psiquiátrica donde trabaja. la mayoría son terribles y penosas, pero también están las que te obligan a reir (o quizás sean las mismas).

en resumen, celeste cree que la planta es un cementerio, y su compañera se mete papelitos en los oidos para no escuchar "las voces". el argentino puede pasarse horas hablando de la manera mas tétrica e incongruente, y dice que una mujer le acosa. marcelo es callado y tímido, pero su sola presencia ha obligado al hospital a refozar la seguridad hasta límites insospechados (incluso tiene un celador propio). escribe cartas que acaban con la palabra "amén". y aunque la peor ya está en otro hospital más especializado (su trastorno de la personalidad había sido calificado de "perfecto"), aún permanece catalina, que afirma estar muerta o no existir, y llora diariamente.

Noche en vela, de Slawomir Mrozek

Noche en vela, de Slawomir Mrozek Clyris me dijo hace tiempo que había leído un cuento donde se hacía una especie de descripción de mi persona. le pedí que me lo mandase para publicarlo en el blog y, aunque ha tardado lo suyo, aquí está. "no pienses que es un retrato robot", dice ahora clyris, "es sólo que al leerlo pensé que quizás el narrador eras tú, podía ser la anécdota de uno de tus viajes". no sé que le hace pensar que yo actuaría de una manera tan esquizofrénica como la del protagonista del relato. bien es verdad que he hecho cosas peores, pero no es lo habitual (o eso creo).

---------------------------------------------------------

En cierta ocasión emprendí un viaje.

Como no había conexión directa con mi destino, a mitad del trayecto me apeé en una estación para realizar un trasbordo a otro tren.
Anochecía. El otro tren no había de llegar hasta la mañana siguiente. Abandoné la estación y me dirigí al pueblo para buscar un lugar donde pasar la noche.
No encontré plaza en el hotel, ni en ninguna otra parte. Finalmente, me dieron unas señas donde me aseguraron que me acogerían.
Se trataba de una casa amplia y baja, con jardín.
- Como quiera- dijo el propietario-. Pero sepa que aquí hay aparecidos.

Me asustaba más una noche sin techo que una noche en vela. Por otra parte, una noche sin techo necesariamente tenía que ser una noche en vela.
- ¿Qué clase de aparecidos?
- Aparecidos en general.

En general podía ser bueno y malo al mismo tiempo. Malo porque era como no decir nada, y bueno por idéntico motivo. Me avine a las condiciones.
- Yo ya le he prevenido- advirtió el propietario, y me condujo a un cuarto donde, entre otros muebles, había un armario de gran tamaño.

Cuando me quedé solo, eché un vistazo por la ventana. No se veía nada.
Me puse a considerar en qué consistirían los aparecidos. Me quité la chaqueta y la colgué en el respaldo de la silla.
"¿Qué es lo que me espera?"
Vertí agua de la jarra en el aguamanil.
"¿Esqueletos, fantasmas, calaveras?"
Me lavé la cara.
"¿El rítmico percutir de una tibia contra el cristal de la ventana?"
Me sequé la cara con la toalla.
"¿O quizás una cabeza rodando por el suelo?"
Me quité los zapatos.
"¿Un enorme perro negro?"
Eché una ojeada debajo de la cama.
"¿O acaso el ectoplasma?"
Me desnudé y me acosté. No logré conciliar el sueño.
"¿Un ahorcado dentro del armario?"
Me levanté y abrí el armario. Estaba vacío.

Dejé entornada la puerta del armario y me volví a acostar. Lo único fosforescente eran las manecillas del reloj. Era bastante más de media noche. La hora crítica había pasado.
Por lo visto, el dueño de la casa se había burlado de mí.
Finalmente, oí un ruidillo, débil pero claro.

Me incorporé y encendí la luz. Alguien roía algo en el interior del armario.
Con la lámpara en la mano y de puntillas, me acerqué al armario. Me asomé a la puerta entornada, alumbrando el interior con la lámpara.
Ví un ratón común.
Cerré el armario de golpe y me senté en una silla.
"Así pues, lo que sea no se ha tomado la molestia de venir a asustarme.
"A no ser que lo que sea haya venido bajo la forma de ratón.
"Pero, en tal caso, lo que sea no da miedo.
"¿ Realmente no da miedo?
"Si lo que sea se ha presentado bajo la forma de ratón, si el ratón tiene que significar algo, entonces es peor que si se me hubiera aparecido una fantasma, un vampiro o un esqueleto. Un fantasma grotesco no es nada más que un fantasma grotesco. Pero ¿qué es un ratón común si no es un ratón común?
"¿Qué se esconde tras él?"
Se me pusieron los pelos de punta.
"A no ser que tras él no se esconda nada."
Los pelos volvieron a su lugar.
"Conque, o se trata de algo mucho más terrible que un aparecido, o no hay nada que temer.
"Sin embargo, ¿cómo lo averiguo?"

Con cautela, volví a echar un vistazo al interior del armario. Estaba en un rincón, de color gris. "¿Significaba algo, o no significaba nada?" Resultaba difícil adivinarlo; me miraba con unos ojillos semejantes a dos semillas de amapola. ¿Qué se puede deducir de dos semillas de amapola?
Cerré de un portazo. Me sentí bañado en sudor frío.
"Quizá no; pero ¿ y si...?"
Agarré un zapato y lo maté. Respiré aliviado.

Pero entonces vi el zapato que tenía en la mano. Nunca antes había reparado en él.
Puse el zapato en el suelo y me lo quedé mirando.
Era un zapato como otro cualquiera.
Y eso precisamente era lo que levantaba mis sospechas.
Era "demasiado zapato".

Me propuse sorprenderlo. Agarré el periódico y fingí leer. Luego, de sopetón, volví la cabeza, pero él hacía como si nada y seguía siendo un zapato.
Aquello no probaba nada.

Repetí el experimento varias veces con idéntico resultado.
Apagué la luz y me acosté. Aún así, no conseguía conciliar el sueño. Él seguía ahí. A oscuras pero seguía. De pronto me incorporé de un salto y me senté en la cama.

El corazón me latía con fuerza.
"¿Y si no era el ratón; si es él, el zapato...?"
Me levanté, di la luz, abrí la ventana y arrojé el zapato al jardín.
Cerré la ventana y me acerqué al aguamanil para lavarme las manos. Las levanté.
Las mangas del pijama eran demasiado cortas. Quizá por ese motivo llegué a la conclusión de que mis manos eran unas manos.
Me senté a la mesa y las extendí ante mí.
"Y si no era el ratón, ni el zapato, sino mis manos..."
Sin esperar a la mañana, abandoné la casa. Pasé el resto de la noche en la estación.
Desde entonces tengo miedo de mis manos.


de Dos cartas, Slawomir Mrozek (1967)

pd: agradecimientos a Clyris por el trabajo y el gusto, por supuesto ;).

un pequeño texto

por chencho

"si, además, entraña un modelo ético, nos mostrará unos significados para que en lo ordinario descubramos tantos pequeños extraordinarios que son los que nos humanizan y hermanan. “Cine como escuela complementaria de la bondad y de la belleza que anhela toda persona” (Gloria M.Tomás)."

una viñeta de crumb

una viñeta de crumb cedida por Duquena, espero que os guste. para saber más sobre este artista, pulsame.

una carta de ziamma

le pedí a mi amiga ziamma que escribiese algo para el blog. me respondió así:

----------------------------------------

por Ziamma

Cuando me pediste que te escribiera algo se me ocurrió hablarte del espiritismo. Hace años estuve en una de esas sesiones con una médium, supuestamente en su cuerpo había otro espíritu al que todas llamaban “abuelito”.

Utilizo la palabra “supuestamente” porque sé que es difícil creer en algo así, especialmente alguien como vos. Te cuento que mi abuela era gran creyente y practicante, recuerdo las sesiones de todos los sábados por la tarde, aquel grupo de mujeres jóvenes y no tan jóvenes esperando su turno para entrevistarse con “San Cipriano”, “El hermano Pedro”, “Jerónimo Murillo” y otros; y no te creas que solo eran mujeres, también hay hombres que se interesan por la practicas como esa. Recuerdo los cantos y los rezos antes de que la médium entrara en trance ayudada por mi abuela, con su ramita de ruda y alcohol, así como el rosario enredado entre sus manos.

Contaba mi abuela que ella se interesó por eso cuando apenas era una niña de seis o siete años; nos contaba que solía salir para ir a una casita donde siempre se encontraba con un anciano de tez oscura y cabellera blanca, que aquel señor nunca le dirigió la palabra y lo único que hacía era mirarla de forma complaciente. Ella tenía la costumbre de ir a sentarse en el umbral de su puerta.

Observaba las personas entrando y saliendo con flores, rosarios y biblias. Al contrario de lo que se pueda pensar aquella no era una práctica pagana, se trata de gente sumamente “religiosa” o creyente y seguidora de Dios.

De repente, un día que volvió a escabullírsele a mi bisabuela para ir a la casita del señor del cabello blanco, se encontró con la puerta cerrada. No volvió a abrirse. Con el tiempo supo que aquel anciano era un médium y desde entonces se volvió practicante del espiritismo, incluso llegó a entrenarse para ser médium (estaba cualificada, según le decían los espíritus - no sé si está bien llamarlos así, pero qué otro nombre podría darles?).

¿Sabes que la fe puede llegar a límites insospechados? Pues sí, la fe de mi abuela era tan grande que no era novedad escucharla contando su experiencia de la noche anterior, por ejemplo el día que sintió que alguien le hacía “cirugía” en la rodilla (rodilla que le ocasionaba muchos problemas), o sus conversaciones con el hermano Pedro, no sé si habrás escuchado de él, hace poco lo canonizaron en Guatemala.

Te diré que en toda la familia no hay nadie que sienta la misma pasión por esa práctica, por mi parte ni siquiera recuerdo la conversación que tuve con aquel personaje, solo sé que no se trataba de la anciana casi ciega que había llegado hacía una hora, efectivamente su voz era distinta y durante toda la conversación sus ojos permanecieron casi cerrados.

Bueno, ahora mi abuela es una ancianita de 83 años y en sus momentos de lucidez de repente comienza a hablar de aquellos días, de sus compañeras y especialmente de su tan querido “Hermanito Pedro”.

Esto es todo lo que se me ocurre, otro día te escribo algo mas…

El chivato

El chivato por Duquena

Me siento incapaz de articular un texto que exprese lo que me ha pasado hoy por la cabeza, por lo que me limitaré a tres apuntes.

- Hoy he visto por la tele a un tipo que sin lugar a dudas, ni necesidad siquiera de hacerle el teleADN, era Saddam Hussein. A pesar del pelo revuelto y seguramente sucio, a pesar de la barba (¿por qué han dicho al principio que era postiza?), eran los mismos ojos que hemos visto en los últimos años cada vez que salía el llamado rais. Un médico calvo y americano le estaba introduciendo un artilugio en la boca, y él, con serenidad aparente, acaso análoga a la que debía mostrar arremolinado en la butaca de su dentista privado (en cuyos reposabrazos tal vez había mandado incrustar piedras preciosas; quizá le regaló al dentista bisturíes y pinzas de oro y embudos para escupitajo de puro cristal de Bohemia). No sé si figura que estaban obteniendo muestras para los exámenes genéticos. Luego el mismo médico u otro médico (seguramente “castrense”, ¿no?) le hurgaba el pelo, a saber por qué. En cualquier caso, la imagen me ha parecido obscena. El mundo se rige por el derecho. En Francia lo dicen muy claro, incluso los niños: “no tienes derecho a jugar”; y los mayores: “oye, si invierto aquí tengo derecho a esto?” “si no trabajas no tienes derecho a...”, etc. El derecho internacional es un conjunto de leyes que uno se pasa por el forro cuando quiere. La convención de Ginebra prohíbe el regodeo y la humillación de los prisioneros de guerra, pero cada cual se puede pasar por el forro la convención de Ginebra. Esto del derecho significa que, en vez de regirte por juicios amplios, humanos (es decir, que salgan de dentro del hombre), uno sabe lo que está prohibido y, en consecuencia, se lo puede saltar. Bueno, esto se complica.

- Segundo apunte: hace unos doce o catorce años, cuando estaba de moda una cantante llamada Samantha Foxx (en Portugal en los puestos callejeros había gente que vendía calendarios de la artista enseñando las tetas), leí una entrevista del tipo: “color preferido”, “último libro que has leído”, “un lugar para retirarte”, etc. Una de las últimas preguntas era: “¿Odia usted a alguien?” y ella contestó: “A Saddam Hussein”. Flipé. No entendí (sí entendí) cómo una chica de los suburbios de Manchester o de donde sea podía “odiar” a Saddam Hussein que, por aquel entonces, invadía Kuwait. Pensaba que podía comprender el odio a quien te ha robado el novio, a la vecina que intenta joderte siempre que puede, incluso a tu padre, claro... ¿pero a Saddam Hussein? Bueno, Samantha Foxx, cuyas dotes artísticas seguramente han decaído a medida que se han ido aflojando los músculos pectorales, no se dio cuenta de que su actitud era pionera, y que hoy sin duda muchas personas piensan como ella.

- El tercer apunte debería ser el más importante, pero ahí veo que no tengo cuerda, que no estoy fino, por lo que sólo apuntaré el título o argumento o tema o sujeto, a ver si alguien se anima y yo a mi vez: el chivato que se ha chivado del escondrijo.