japonés
El tragaluz me ha salvado, o me salvará, porque no he de morir de hambre, resignado, más allá de la desesperación, saludando a lo que dejo, como ese capitán japonés, de virtuosa y burocrática agonía en un asfixiante submarino, en el fondo del mar. En el Nuevo Diario leí la carta encontrada en el submarino. El muerto saludaba al Emperador, a los ministros y, en orden jerárquico, a todos los marinos que puede enumerar mientras aguarda la asfixia. Además, anota observaciones como éstas: "Ahora sangro por la nariz"; "me parece que los tímpanos se me han roto".
de La invención de morel, de adolfo bioy casares.
de La invención de morel, de adolfo bioy casares.
2 comentarios
parapo -
Fri -